—Como quieres saber algo, y yo también quiero saber algo, ¿por qué no intercambiamos secretos, qué te parece?
Ren Feifan estaba jugando con una aguja plateada en su mano, hablando con evidente interés.
La madre del dragón dudó al escuchar estas palabras, pues el origen de esa palabra era demasiado importante para ella.
—¡Además, era imposible que este chico hubiera tenido contacto con esa palabra dada su capacidad!
Después de varios segundos, la madre del dragón se decidió y asintió:
—Por tu seguridad, solo puedo decirte una parte, pero hay cosas de las que no hablaré, porque hablar de ellas te haría daño.
—Trato.
Los dos llegaron a un acuerdo y entonces la madre del dragón liberó su poder de dragón alrededor de ella, causando ondas de poder de dragón a través de toda la Formación de Encierro del Dragón.
Ren Feifan incluso sintió como si el aire se le cortara, incapaz de respirar, con barreras cerrándolo herméticamente a él y al antiguo Dragón Divino.