—¿Montaña Dadao?
Al escuchar este nombre de nuevo, la expresión de Su Chengyu se tornó instantáneamente solemne.
Al percibir que algo andaba mal, Fang Qing intervino de inmediato:
—Su Chengyu, ¿qué ocurre?
—¿Conoces el Camino Demoníaco?
—¿El Camino Demoníaco? ¿No fue erradicado por el Departamento del Cazador de Demonios hace cien años?
Fang Qing expresó su sorpresa, preguntándose si había escuchado mal.
Su Chengyu negó con la cabeza:
—Hace cien años, el Camino Demoníaco sí se ocultó, pero no ha desaparecido por completo. Mi visita a Bei Luo esta vez también es por órdenes de investigar los escondites ocultos del Camino Demoníaco.
—¿Órdenes?
Fang Qing se detuvo por un segundo, y luego, con un repentino entendimiento, levantó la cabeza para mirar a Su Chengyu asombrada.
—Tú... ahora eres...
Su Chengyu negó con la cabeza, deteniéndola para que no continuara.