La cruel y triste realidad

Demitri y Madison llegan a Italia, él lleva el equipaje mientras bajan del barco. Se van en un carruaje que es el taxi de la época y se hospedan en un hotel para descansar del largo viaje.

—Que cama más cómoda. —Dijo Madison que se tira hacia la cama y hace un angel con las sábanas.

—Me imagino, pero no duraremos mucho, tenemos que buscar una biblioteca para trabajar un tiempo y alquilar un apartamento cerca de aquí. —Explico Demitri.

—Tampoco te desesperes Demitri, tenemos todo el tiempo del mundo. —Contesto Madison.

—Si, pero quiero empezar mi nueva vida de una vez, aunque hay algo que me preocupa. —Respondió Demitri.

—Que te preocupa, mi romeo. —Contesto Madison.

—Son los purgadores de la oscuridad y los hombres lobos. Esas dos cosas perturban la paz que trato de sentir ahora. —Respondió Demitri.

—No te preocupes, acabaremos con ellos juntos. —Contesto Madison.

—Si claro, si tan solo estuviera armado. —Respondió Demitri.

—Pues vamos a armarte. —Contesto Madison.

—Está bien, las armas me hacen sentir seguro. —Respondió Demitri y añadió. —Espero que tu italiano, este bien pulido.

—No te preocupes he vivido lo suficiente para hablar varios idiomas, aunque estoy un poco oxidada. —Contesto Madison

Ellos desempacan sus cosas, se ponen unos anillos de casado ya que en sus identidades ellos están casados. Una vez que terminan esos detalles minúsculos, ellos salen del edificio para pasear por la ciudad haciendo turismo y hasta que dan con una armería en un lugar un poco desolado.

—Bienvenidos a Armas Goodwing, soy Arwin Goodwing. —Dijo Arwin que es un hombre caucásico con el cabello pelirrojo y con bigote y barba finos, con una vestimenta elegante.

—Muchas gracias, señor Arwin, un placer, mi nombre es Donovan Dawnfall. —Dijo Demitri.

*Nota: A partir de hora a Demitri se le llamara Donovan ya que está usando su nombre falso, Al igual que Madison.

—Mi nombre es Margaret Dawnfall, su esposa. —Contesto Margaret.

—Y ¿a qué se debe su visita? —Pregunto Arwin.

—Quiero un arma para defenderme contra los hombres lobos. —Contesto Donovan.

—Interesante, déjeme ver en mi selección. —Respondió Arwin.

Él va nombrando varios revolvers, escopetas y rifles de la época, también le muestra varios cuchillos de mercurio.

—Le tengo mercurio, que es más asequible que la plata además ejerce daño a los hombres lobos. —Dijo Arwin pero Donovan muestra interés por sus dagas de mercurio y una pistola oculta.

—Me gusta ser discreto. —Contesto Donovan.

—Entiendo, son 500 liras por las dagas y por la pistola son 1000 liras. —Respondió Arwin.

—Acepta libras. —Contesto Margaret.

—No, señora solo liras, pero pueden ir al banco que a unas cuadras para cambiarlo. —Respondió Arwin.

—Está bien, volvemos en breve. —Contesto Donovan.

Ellos salen de local, recorren las cuadras llegan al banco que está lleno, hacen una fila para cambiar las libras duran la tarde entera hasta que logran cambiarla, ellos salen corriendo de ahí para regresar hacia la armería de Arwin.

—Tardaron mucho. —Dijo Arwin mientras ellos le entregan el dinero.

—Había una fila inmensa y tuvimos que esperar durante horas, pero aquí estamos. —Contesto Donovan mientras Arwin cuenta el dinero.

—Fue un placer, haber hecho negocios con ustedes. —Respondió Arwin.

—El placer es nuestro. —Contestaron los dos mientras se retiran del local.

—Ahora, te sientes más seguro. —Respondió Madison.

—Un poco, pero mi miedo se intensifico cuando estuvimos en ese banco, había mucha gente, cualquiera podría ser... —Contesto Demitri que esta templado del miedo, pero Madison lo consuela con un abrazo.

—No te preocupes, mi romeo, yo estoy contigo. —Respondió Madison. Ellos se van al hotel donde pasan la noche.

Las pesadillas atormentan a Demitri hasta que llega a una en especifica en donde él está en una multitud que lo empuja a todos lados hasta que cae sentado en la fuente, que está llena de sangre, nadie se percata de esto, él se percata que tiene su traje y ve que está en un llano lleno de cadáveres tanto de humanos como de hombre lobos.

—¡Acaso crees que tengo miedo, engendro! —Exclamo Demitri.

—Eres fuerte, Demitri, pese a que te disfrazas con ese disfraz de niño miedoso. —Contesto el engendro que está en la mente de Demitri.

—Yo siempre he tenido miedo. —Respondió Demitri.

—No, tú has sembrado el miedo, no puedes librarte de lo que eres, Cazador. Tu naciste para esto. —Contesto el engendro.

—¡El no nació para esto! —Exclamo una voz familiar a lo lejos.

—¡Donovan! —Exclamo Demitri mientras ve a Donovan crucificado en una cruz lleno de cuchillos, clavos y estacas clavadas en su cuerpo.

—¡Demitri!..—Exclamo Donovan que escupe sangre.

—Cállate, Donovan, eres más difícil de matar eres peor que una cucaracha. —Contesto el engendro.

—¡No me callare! Demitri, no te dejes llevar por este demonio. Lucha por tu libertad, lucha por lo que amas. ¡Lucha por tus sueños! —Exclamo Donovan.

Estas palabras impactaron en Demitri que toma dos fémures del piso.

—Enfréntame, engendro. —Dijo Demitri que se pone en posición de combate.

—Por fin, te comportas como un hombre, le debo de agradecer a Donovan por calar esas palabras tan motivadoras, pero nuestro combate no será por ahora, así que te dejare con tus víctimas. —Contesto el engendro que desaparece y lo deja con sus víctimas.

—Ustedes creen que están encerrados conmigo, pero la verdad, es que ustedes están encerrados conmigo, ahora prepárense para saciar esta sed que tengo con sus ¡lagrimas! —Exclamo Demitri que se abalanza hacia ellos y pelea como una bestia hasta que Madison lo levanta tapándole la nariz.

—Buenos días, mi romeo, ¿Dormiste bien? —Dijo Madison que tenía ojeras en sus ojos.

—Madison, pero que te paso, no dormiste bien. —Exclamo Demitri.

—Oh, es que cierta persona estaba muy movida durante toda la noche y no en el buen sentido. —Contesto Madison.

—Perdón, pero es que tuve pesadillas. —Respondió Demitri.

—Lo sé, esos movimientos no son normales, pero dormiste bien, los últimos días que estuviste conmigo, esas pesadillas tenían algún significado. —Contesto Madison.

—No me acuerdo, realmente. —Respondió Demitri.

—Pues vamos a bañarnos, para ir a buscar una biblioteca para trabajar en ella. —Contesto Madison que lo desnuda y ella también para bañarse juntos. Demitri siente vergüenza que se cubre sus partes y le da la espada mientras ella lo enjabona.

—No crees que vas muy rápido. —Dijo Demitri.

—Quisiera que me lo metas aquí mismo. —Respondió Madison que trata de tocarle sus genitales.

—Me siento excitado, no pierdas el control. —Pensó Demitri.

—Estamos casados según nuestras identidades falsas, solo hacemos cosas que hacen los casados, porque no. —Contesto Madison.

—Si, pero si quisiera hacerlo en el momento indicado. —Respondió Demitri pero en ese mismo momento los pezones rozan la espalda de él esto provoca que deje de cubrir sus genitales. Ella aprovecha, lo masturba hasta que se viene en sus manos, ella pone su semen en su vagina y lo entra con sus dedos.

—No te preocupes, no puedo tener hijos. —Contesto Madison.

—Yo te amare, aunque no tengamos hijos. —Respondió Demitri que la abraza de frente.

—Gracias mi Romeo. —Exclamo Madison que aprovecha, se mete el miembro de Demitri en su vagina y ella lo comienza a cabalgar, ella dice su nombre varias veces lo mismo con Demitri hasta que él le chupa una de las tetas, él la arremete contra la pared y le muerde uno de los pezones causando que ella se excite más hasta que después de varias embestidas, él se viene dentro de ella.

—Hiciste trampa. —Contesto Demitri mientras ambos caen dentro del baño.

—Perdón, mi romeo, pero quería hacerlo. —Respondió Madison.

—Está bien, al menos me gusto. —Contesto Demitri.

—Qué bueno, que te guste, porque lo haremos en todas partes, así que prepárate. —Respondió Madison.

—No crees que estas exagerando. —Contesto Demitri.

—Hace mucho que no lo hago por amor. —Respondió Madison.

—Oh, Madison, está bien, pero no exageres, piensa en mí de cualquier forma. —Contesto Demitri.

—Está bien pensare en ti, vámonos a terminar de bañarnos para irnos a buscar la biblioteca. —Respondió Madison.

Después de esto, terminan de bañarse, ambos se cambian, toman sus documentos y dinero para ir a buscar la biblioteca, van a varias bibliotecas, pero no tienen personal disponible hasta que van a una muy humilde, no muy grande que necesita personal.

—Venimos por los puestos. —Dijo Donovan.

—Qué bueno, mi nombre es Aurora Russo y soy la dueña de esta humilde biblioteca. —Contesto Aurora.

—Mi nombre es Margaret Dawnfall y él es mi esposo Donovan Dawnfall. —Respondió Margaret.

—Un placer en conocerlos, déjeme instruirlos. —Contesto Aurora.

Ella los instruye enseñándole el orden de los libros, el sistema de préstamo de libros entre otras cosas.

—Antes de comenzar a trabajar, necesitamos encontrar un lugar cercano donde quedarnos ya que nos hospedamos en un hotel, así que ténganos paciencia por favor. —Contesto Margaret.

—Que coincidencia, tengo un amigo que está alquilando un apartamento por aquí cerca, traigan sus cosas y hospédense allí. Yo les diré donde esta. —Respondió Aurora.

—Muchas gracias, señora Aurora. —Contesto Margaret.

Ellos salen del lugar, se van hacia el hotel, empacan sus cosas, toman un carruaje que es el taxi de esa época para irse a la biblioteca, Aurora les da las indicaciones y Margaret se las dice al conductor para que se dirige hacia la localidad que ella menciono. El conductor pone en marcha su carruaje para que se dirija al lugar indicado. Una vez que llegan, ellos sacan sus equipajes del carruaje, van y preguntan por el amigo de la señora Aurora, los vecinos del apartamento, le dicen que está en el tercer piso, ellos van para allá. Ellos tocan la puerta. Alguien sale a la puerta.

—Usted es el amigo de la señorita Aurora Russo. —Dijo Donovan.

—Ah, sí, lo soy por que preguntan. —Contesto el amigo.

—Es que ella nos dijo que esta alquilando un apartamento, y queremos vivir ahí, todavía está disponible. —Respondió Donovan.

—Si, está disponible, mi nombre es Leonardo Abatino, un placer en hacer negocios con ustedes. —Contesto Leonardo.

—El placer es todo mío. —Respondió Donovan.

Después de esto, ellos desempacan sus cosas en el apartamento y vuelven a la biblioteca a trabajar con Aurora. Luego de un día de trabajo, se van a comprar varias cosas para amueblar un poco el apartamento ya que estaba vacío. Una vez que compran unos muebles, ellos los llevan a su nuevo hogar, algunos vecinos los ayudan a organizar, ellos los despiden ya que no tenían nada para darles.

Demitri descansa en un mueble, pero Madison tiene energía de sobra.

—El dinero del general de la noche ha aguantado mucho. —Dijo Demitri.

—Si, ha durado mucho, pero estas seguro, de que nos mantendremos solo con el dinero de la biblioteca. —Contesto Madison.

—Estaba pensando en conseguir un trabajo como cazador de hombres lobos independiente. —Respondió Demitri.

—Vas a seguir siendo un cazador, creí que lo dejarías, bueno, compraste esas armas para defenderte. —Contesto Madison.

—Si, pero por mi psique mental, me voy a dedicar a lo que se mejor hacer, además de que se gana muy bien. —Respondió Demitri.

—Si, tú lo dices, espero que te arrepientas de ello, solo que no te metas con hombres lobos que yo conozca o que tenga un lazo con ella. —Contesto Madison.

—Pero si hacen algo malo. —Respondió Demitri.

—Razonare con él, si no llego a un acuerdo, puedes acabar con él. —Contesto Madison.

—Qué raro, que no te importaba. —Respondió Demitri.

—Nadie sabe, a mí no me importan realmente solo mis amigas, pero ha habido algunos hombres lobos que han repercutido en mi vida, así que nadie sabe. —Contesto

—Entiendo, pero no te prometo nada. —Respondió Demitri.

—Está bien. —Contesto Madison.

Demitri se va a dormir hacia la cama, Madison lo arropa y se duerme con él en la cama.

A la mañana siguiente, Demitri se levanta y ve que Madison no está hasta que llega a la cocina que está preparando unos emparedados de jamón y queso, con papas a la francesa.

—No sabía que sabias, que cocinabas. —Dijo Demitri.

—Solo cosas sencillas, no esperes cosas complejas de mí. —Contesto Madison que está sentada comiéndose un emparedado de jamón y queso con papas a la francesa y añadió. —Y tú sabes cocinar.

—Bueno, como cazador...debo tener ciertos, conocimientos de cocina ya que no confió de ciertos vendedores de comida o cocineros en restaurantes. —Respondió Demitri.

—Oh, así que sabes cocinar, te daré un reto, para la hora de la comida. —Contesto Madison.

—Está bien, lo acepto. Vamos a bañarnos, pero nada de sexo, para no llegar tarde. —Respondió Demitri.

—Que tienes en contra del sexo, somos una pareja. —Contesto Madison.

—Soy una persona muy reservada con ese tipo de cosas. —Respondió Demitri.

—Reservada ¿a qué te refieres con eso? —Contesto Madison.

—Que ese tipo de cosas se guarda para momentos especiales. —Respondió Demitri.

—Momentos especiales, pero si nosotras nacimos para hacerlo a cada rato, no entiendo tu lógica. —Contesto Madison.

—Se nota que tanto sexo, daño tu mente. —Respondió Demitri.

—Es que por fin encontré a alguien que me ame y por eso quiero hacerlo todos los días contigo en señal de mi amor. —Contesto Madison.

—Bueno, yo no soy un conejo, si no un ser humano lógico y pensante que quiere disfrutar de la vida de forma normal y pacífica. —Respondió Demitri.

—Pero tener sexo es parte de la vida. —Contesto Madison.

—¡Ya! No voy a discutir contigo, que tenemos trabajo que hacer. —Respondió Demitri.

—Está bien, mi romeo, si tú lo dices. —Contesto Madison.

Ellos terminan su desayuno, se bañan, aunque Madison trata de hacer de la suyas, pero Demitri no se deja hasta que cede y termina teniendo relaciones sexuales con ella.

—Eres una desgraciada, Madison. —Dijo Demitri que se está cambiando.

—Es algo inevitable. —Contesto Madison.

—No te apures, que no me voy a bañar contigo, la próxima vez. —Respondió Demitri.

—No, por favor. —Contesto Madison que le abraza el brazo y le mira con ojos de perrito.

—Está bien, pero suéltame. —Respondió Demitri mientras ella lo suelta.

Ellos se terminan de cambiar, toman sus cosas (documentos de identificación, llaves de la casa, armas en el caso de Demitri entre otras cosas) Ellos salen del apartamento, saludan a los vecinos, bajan por las escaleras hasta llegar al primer piso para irse a la biblioteca a pie.

Ellos llegan temprano, ya que la biblioteca abre a las 9 y faltan diez minutos, en ese tiempo llega Aurora que los saluda. Ella abre la biblioteca, Donovan y Margaret dejan sus cosas en un cuarto donde ponen sus cosas en un estante. Aurora le reparte las asignaciones: Donovan se encarga de la organización de los libros y Margaret del mostrador encargándose de las prestaciones de libros, del orden de la biblioteca al igual que Donovan. Después de asignar funciones Aurora supervisa a Margaret en el mostrador.

El día pasa van varios clientes, gracias a la experiencia de Margaret como bibliotecaria puede manejarlo con tranquilidad. Donovan ordena toda la biblioteca en segundos por lo que se pone a leer libros de Julio Verne, hasta que lo llamen o vea a alguien que lo necesite o haya un libro desorganizado.

Cuando llega la hora del almuerzo, ellos almuerzan en un restaurante italiano donde ellos comen pasta en salsa boloñesa con queso parmesano, conversan un rato hasta que vuelven a la biblioteca, donde siguen con su trabajo. La tarde pasa con su tranquilidad hasta la hora de cerrar de la biblioteca, ellos se despiden, pero ellos se van a comprar comida al mercado ya que le sale más barato hacerlo que comprarlo en un restaurante donde van a su hogar para preparar su cena que es pasta con boloñesa y agua. Después de cenar, se van a averiguar sobre los cazadores de hombres lobos de la zona. Ellos recorren las calles buscando a los cazadores.

—Esta noche está muy peligrosa para que una pareja está paseando por estas calles desoladas. —Dijo un hombre con un rifle.

—Si, lo sé, estamos buscando a los cazadores de hombres lobos de esta zona, para unirnos a sus filas, de seguro sabe algo al respecto. —Contesto Donovan.

—Así que están interesado en nuestra organización, como sé que no es una trampa. —Respondió el hombre que les apunta con el rifle.

—Tienes algo para demostrar que nosotros no somos hombres lobos. —Respondió Donovan.

—Tengan esta daga de plata, córtense la mano y demuestren que son humanos. —Contesto el hombre que les apunta con el rifle que les lanza la daga de plata.

Donovan se corta la mano y lo mismo con Margaret.

—Perfecto, vengan, los llevare a la base. —Dijo el hombre del rifle que deja de apuntarles, les pasa una gaza para curar sus heridas y ellos lo siguen.

—Qué bueno que soy un pecado, y eso no me afecta porque te imaginas que... —Susurro Margaret al oído de Donovan.

—Corrimos el riesgo porque eso no te afecta, te metí en esto, ya que no quieres quedarte sola... ¿cierto? —Dijo Donovan.

—Solo que no quiero que una mujer lobo te viole, nada más, tengo que cuidar tu miembro. —Contesto Margaret.

—Soy el demonio encarnado. —Respondió Demitri.

—Si tú lo dices. —Contesto Margaret que le abraza el brazo.

Ellos hacen un largo recorrido, el hombre con el rifle está vigilando los edificios y los tejados para evitar que los sigan hasta que llegan a un edificio donde hay un callejón al fondo hay una puerta a la izquierda. El hombre con el rifle toca la puerta.

—¿Cuál es la contraseña? —Dijo el hombre que abre una rendija en la puerta.

—Que la luz purgue a aquellos que fueron contaminados por la oscuridad. —Contesto el hombre del rifle que les abre la puerta.

Al entrar entran a una especie de bar con armería incluida.

—Es muy diferente a la base central. —Pensó Donovan.

—Hansel, y quienes son estos. —Contesto un hombre gordo armado hasta los dientes.

—Tranquilo Ludovico, solo son personas que quieren ser cazadores como nosotros. —Respondió Hansel.

—Así que ustedes, quieren ser cazadores de hombres lobos. Es su primera vez, o ya han matado. —Contesto Ludovico.

—Ya hemos matado, venimos de Inglaterra. —Respondió Donovan.

—Oh, pasaron por lyconia. —Dijo Ludovico que sorprende a los demás cazadores.

—Si, pasamos, pero no entramos. —Contesto Margaret.

—Pero estar por esa zona es digna de mención, que tanta experiencia tienen matando hombres lobos. —Respondió Ludovico.

—Sígueme el juego. —Susurro Demitri al oído de Margaret.

—Yo era un purgador de la oscuridad, mi esposa que ven aquí era una sombra, nos enamoramos, pero no quisimos dejar nuestro futuro a manos de los purgadores por lo que decidimos huir de nuestros deberes por lo que vinimos aquí para vivir aquí en paz. —Contesto Donovan.

—Y se unen a nosotros porque no pueden vivir sabiendo que cualquiera puede ser uno de ellos, ¿cierto? —Respondió Ludovico.

—Si. —Contesto Donovan.

—Bueno, si los purgadores los buscan los vamos a entregar ya que no queremos tener problemas con ellos, solo si preguntan. —Respondió Ludovico.

—Está bien, lo acepto. Mi nombre es Donovan Dawnfall y mi esposa es Margaret Dawnfall —Contesto Donovan, pero Ludovico le extiende la mano y él también se la extiende para que ambos se den un apretón de manos.

—Usa tu nombre real, ahora eres parte de nosotros, no debe de haber secretos entre nosotros. —Respondió Ludovico.

—Mi nombre es Demitri Dreadful. —Contesto Demitri.

—El demonio encarnado. Una leyenda, me cuesta creer que eres tú, eres muy joven para serlo, así que te llamare por tu nombre falso, Donovan Dawnfall. —Respondió Ludovico.

—Está bien, si usted lo dice señor Ludovico. —Contesto Donovan que se dejan de apretar las manos.

—Llámame, Ludo. —Respondió Ludovico.

Ludovico le presenta a los otros integrantes, al igual que Margaret, los proveen de armas y Hansel los acompaña de guardia.

—Así que usted es el demonio encarnado. —Dijo Hansel.

—Que, no me crees. —Contesto Donovan.

—Apenas nos conocemos, realmente, así que no sé qué decirle, pero, no siento miedo de tu presencia, tal vez en combate lo sienta o algo así. —Respondió Hansel.

—Si, tal vez. —Contesto Donovan.

Ellos recorren las calles de la ciudad, pero no encuentran nada.

—Bueno, esta ha sido la ronda de la noche, cualquier cosa saben dónde nos encontramos. —Respondió Hansel que se retira.

—Vámonos, Margaret, tenemos trabajo mañana. —Contesto Donovan mientras se retiran del lugar.

Ellos vuelven a su hogar, se ponen su piyama y se duermen para despertar al siguiente día.

Su vida se convierte en una rutina, se levantan todos los días, se bañan juntos con resultados sexuales, desayunan, trabajan en la biblioteca de día, almuerzan, siguen trabajando hasta la tarde casi llegando la noche, cazan hombres lobo de noche y cuando terminan se van a dormir.

Un día como cualquier otro llega una mujer vestida de lolita muy voluptuosa con una sombrilla, de cabello castaño con ojos café.

—Buenos días, Bienvenida a esta humilde biblioteca que podemos servirle. —Dijo Margaret.

—Quiero el libro de romeo y julieta, lo tienen. —Contesto la dama.

—Si, lo tenemos, se lo va a llevar. —Respondió Margaret.

— No, me lo voy a leer aquí, no quiero tener problemas con las multas por tardanzas, además así me sirve para salir de la rutina. —Contesto la dama.

Margaret le da las indicaciones de donde esta. La dama acata las indicaciones, pero se encuentra con Donovan que está descansando, ella se queda embelesada. Donovan se despierta, pero ella mira para otro lado.

—Disculpe, está perdida, o necesita algo. —Dijo Donovan en voz baja.

—Solo lo que necesito el libro de romeo y julieta y me perdí buscándolo. —Respondió la dama.

—Qué raro, Margaret es buena ubicando a la gente con los libros. —Contesto Donovan.

—No le preste atención. —Respondió la dama.

—Entiendo, pues yo le ayudare. —Contesto Donovan.

—Muchas gracias. —Respondió la dama.

—Me permite su nombre. —Contesto Donovan.

— Alice Fiore. —Respondió Alice.

—Un placer en conocerla señorita Fiore. —Contesto Donovan, pero se da cuenta que tiene un anillo de casada y se corrigió. — Digo Señora.

—No se preocupe, puede llamarme como usted quiera. — Respondió Alice.

— Esta bien, si usted lo dice. — Contesto Donovan que la guía donde está el libro.

— Aquí, tiene. — Respondió Donovan que le pasa el libro.

— Muchas gracias, no me dijo su nombre. — Contesto Alice.

— Donovan Dawnfall, mi señora. —Respondió Donovan que hace una reverencia mientras ella se sienta en una silla que está dentro de una mesa.

— Así que me estas engañando con la cliente. — Dijo Margaret que lo vio todo.

— Solo la ayude y está casada. — Contesto Donovan.

—Espero que sea solo una ayuda y no algo más, te estoy vigilando, Dreadful. — Respondió Margaret.

— Si, si, si, está bien, ya entendí. — Contesto Donovan.

Después de ese momento incomodo, esta no sería la primera vez que la señora Alice y Demitri tendrían sus roces. La señora Alice aprovecha cualquier descuido de Donovan para hablar con él, de cualquier cosa, incluso comienza a leer sus libros favoritos para poder hablar con él y convertirse en una amiga para él. Esto hace que encienda la llama de los celos en Margaret que provoca que antes de ir a dormir tengan relaciones sexuales todos los días.

Un día como cualquier otro, era la hora de irse, la señora Alice se había quedado a hasta tarde junto ellos, Donovan decide acompañarla y deja a Margaret con Aurora que van a un restaurante que ella le invita.

Ellos hablan durante el camino, pero cortan camino por un callejón desolado donde, ella lo empuja hacia la pared y casi le roba un beso, pero el cuchillo de mercurio se interpone entre ellos.

—Lo siento, pero ya le pertenezco a alguien. —Dijo Donovan.

— Voy a arrebatarte de las garras de esa puta de una vez por todas. — Contesto Alice que se convierte en una mujer lobo. Ella se abalanza hacia él, pero él la evade varias veces hasta que le acierta varios cortes que la debilitan luego le mutila varias extremidades hasta dejarla vulnerable.

—No puede ser, es imposible que clase de monstruo eres. — Dijo Alice que se horrorizo por la forma en la que se movía.

—El monstruo que terminara con tu vida, a cuantos hombres abrazas seducidos para acabar con su vida, ahora vengare a esos hombres y como me caes bien, no te hare llorar. — Contesto Donovan que le decapita la cabeza, él se la lleva a la base de los cazadores por lo que le pagan por ello. Él vuelve por Margaret al restaurante, él se les une hasta que hablan un poco y se van del lugar. Dejan a Aurora en su casa y ellos se van caminando hacia su casa.

En el camino, Margaret huele algo en el aire que le llama la atención.

—Hay algo que no me cuadra. —Dijo Margaret.

—A que te refieres. —Contesto Donovan.

De un callejón, una cerbatana hace acto de presencia y le dispara unos dardos a Donovan, pero Margaret lo recibe con su cuerpo.

—¡Margaret! —Exclamo Donovan mientras ella se quita los dardos.

—Es resistente, esos dardos no eran para ti, pero da igual. —Contesto la voz que yace en escondida en los botes de basura en el callejón.

—Salazar Bane, el médico de la plaga de la extinción. —Respondió Donovan.

—No cree que sea un nombre muy largo, señor Demitri, no es mejor que me llame médico de la extinción. —Dijo Salazar.

—Yo te digo como quieras, Salazar al parecer me encontraron y en un mal momento, porque solo tengo mis cuchillos y a mi amada Madison. —Contesto Demitri.

—Vinimos a capturarte, no ha ser caballeros con un traidor como tú. ¡Kristoff, lánzalo! —Respondió Salazar y da la señal.

El predicador de la extinción lanza una mochila hacia ellos que se abre, es un hombre que se inyecta una droga extraña que se vuelve más fuerte que un hombre lobo. Madison se transforma y se enfrenta a ese mastodonte. Demitri se enfrenta a Salazar, pero al combata se les une el caballero en un dos contra uno, el predicador trata de amenazar a Demitri con un arma, pero se mueve tan rápido que no le puede apuntar con claridad, así que usa granadas para asustarlo, pero él se las devuelve pateándolas para donde el esta.

El escándalo llega a oídos de los cazadores de la zona, los heraldos le dicen que no se metan que esto es asunto de los purgadores por lo que ellos los escuchan. La pelea de Madison contra el mastodonte de la extinción está brutal que destruyen edificios.

—Me he separado mucho de Demitri, tengo que volver con él. Este hombre es muy fuerte, su fuerza es comparable con los otros pecados, necesito llegar hacia donde el de nuevo. —Pensó Madison que está peleándose con él.

En un momento, el mastodonte logra arremeter contra Madison brutalmente que le logra dar la paliza de su vida hasta sacarla fuera de combate.

Volviendo con Demitri, mientras él seguía dándolo todo en el combate contra sus antiguos compañeros. Ellos toman un respiro hasta que el mastodonte trae a Madison transformada en su forma humana agarrada del cuello noqueada y vulnerable.

—¡Madison! —Grito Demitri.

—Ríndete, Dreadful, tenemos a tu amada. —Dijo Salazar mientras Demitri sede ante Salazar.

—Te has vuelto, débil, Demitri, me decepcionas. Vámonos de aquí, ya conseguimos lo que queríamos. —Dijo el Caballero de la extinción que lo golpea en la barbilla noqueándolo en el proceso con el pomo de su espada, el mastodonte se lo lleva cargando hacia su carruaje donde los atan, le colocan esposas por los tobillos y las muñecas. Ellos emprenden su camino hacia la base de los purgadores de la oscuridad.