—¿Sabes algo, pallas? Me recuerdas a algo —murmuró, haciendo que Ariana frunciera el ceño. Su corazón se llenó de una fea envidia cuando escuchó que le recordaba a alguien. Sin embargo, reprimió esa emoción particular y sacó su longitud con sus manos.
—¿Quién? —preguntó ella, queriendo saber quién era la mujer que había dejado una impresión tan profunda como ella en Nicolai.
Sus labios se curvaron en una sonrisa burlona mientras se inclinaba hacia adelante y respondía:
—Pecado. Un pecado tentador. Y créeme, como pecador VIP, sé lo difícil que es resistirte.
El corazón de Ariana comenzó a latir fuertemente. Había extrañado esa mirada y lo que había extrañado aún más eran sus palabras llenas de elogios para ella.
La forma en que la miraba como si ella fuera la mujer más hermosa que sus ojos habían visto era simplemente irresistible. —¿En serio?
—Tan real como la sangre en mis venas.