Enseñando al querido Papá

Sus acciones captaron la atención de Penélope, quien lo miró con el ceño fruncido.

Ella avanzó y recogió los documentos que él había lanzado hacia su cara y cuanto más los leía, más entrecortada se volvía su respiración. Levantó la cabeza y miró a Nicolai antes de preguntar con enojo —¿Qué significa esto?

Realmente la estaba haciendo firmar un acuerdo prenupcial, y no cualquier acuerdo, sino uno que estipulaba que debía alejarse de su vida después de que se casaran y no tendría ningún derecho sobre sus propiedades. ¡Así que, incluso si estuvieran casados, serían individuos separados!

Esta no era el tipo de vida que Penélope quería, la vida que ella quería era una en la que no solo se casaría con Nicolai, sino que también pisotearía a Ariana y la haría sufrir.