—Sí me enteré —respondió Ariana con un ligero ceño fruncido mientras esperaba a que Inez hablara.
—Oh. No me mires así —sonrió Inez al ver el ceño de Ariana—. Te aseguro que no estoy aquí para entregarte un cheque de un millón de dólares y pedirte que dejes a mi hijo.
Ariana sonrió a la broma ligera antes de preguntar, —Entonces... ¿hay algo de lo que querías hablar?
—Inez apretó los labios, cuando no habló Ariana se preguntó si habría aplicado pegamento en barra en sus labios en lugar de brillo labial porque parecía tener dificultades para abrirlos. Sin embargo, un segundo después le dijo a Ariana —Tengo que decir que me sorprende bastante tu decisión de quedarte con mi hijo. Digo, no todos los días escucho a una mujer aceptando a mi hijo por lo que es en lugar de por su posición y dinero.
—No me digas que él tiene sus buenos puntos cuando sé lo salvaje que puede ser —dijo.