La determinación de una mujer enamorada

—Sin embargo, no deberíamos preocuparnos por ella —Nicolás levantó los brazos y abrazó a Ariana con una sonrisa—. Ahora mismo, todo en lo que tienes que pensar es en mí y en Nico el grande.

—Dos nubes rojas florecieron en las mejillas de Ariana mientras elevaba su brazo y pellizcaba a Nicolás en la cintura—. Hombre astuto.

—Bueno, este hombre astuto está a punto de deslizarse entre tus piernas —comentó Nicolás mientras la levantaba en sus brazos—. Así que más te vale estar preparada.

—Por otro lado, lejos del ático, Glynn estaba sentada nerviosamente en el pequeño apartamento que Regal había comprado para su madre y para él.

—¿Qué te parece esto? —Glynn preguntó mientras le mostraba a Regal la patata mutilada que había pelado en un intento de demostrarle que podía ser una ama de casa hogareña aunque había crecido con una cuchara de plata en la boca.