Presentar una queja

—¡Se fue! ¡Ella se ha ido! —espetó Penélope—. No podía creer que con ella acostada frente a su familia con un veneno lento en su cuerpo que lentamente le devoraba la vida, se preocuparan por esa mujer insignificante que había arruinado su vida.

—Si tan solo nunca hubiera regresado, si al menos su madre hubiera tenido sus facultades intactas, entonces habría matado a esa mujer cuando estaba en su cuna; así Penélope nunca habría sufrido esta humillación y dolor hoy.

—¿A qué te refieres, Penélope? —percibió Theodore que algo estaba mal—. ¿Dónde está Ariana?

—La malditamente envié a donde pertenece —gritó Penélope—. Aunque las lágrimas caían por sus mejillas, sus labios estaban curvados en una sonrisa burlona. —La envié con el hombre que había intentado conseguirla todos estos años. ¿No es bueno? Ahora esa mujer aprenderá su lección de nunca meterse en la vida de los demás y permanecer callada pero desafortunadamente nunca tendrá la oportunidad de volver ni de arrepentirse. ¡Jajajaja!