—¿Has perdido la cabeza? —preguntó Ariana. No podía creer en la estupidez de Noah. Había recibido tres disparos y con la cantidad de sangre que estaba perdiendo, había una buena posibilidad de que pudiera morir. Y aún así, lo único que le preocupaba era si su corazón sufría por él al verlo en este estado.
—¿Tal vez? —Noah ofreció una sonrisa suave y estuvo de acuerdo con lo que Ariana le dijo—. Si voy a morir, me gustaría morir después de escuchar que me has perdonado.
—No vas a morir —Ariana respondió bruscamente. Su voz se elevó un tono mientras ayudaba al hombre a levantarse y mientras lo hacía, su mirada cayó en la herida sangrante. Ariana soltó un suspiro estremecedor antes de añadir—. Y te perdoné la última vez que me ayudaste. No necesitas morir para obtener mi perdón, Noah. No valgo tanto.