—Ariana, ¿has visto a mi hermano?
—Eso fue lo que Ariana escuchó después de tres días de nada más que silencio por parte de Nicolai. Se giró para mirar a Glynn, quien se detuvo frente a ella; su rostro estaba sonrojado y parecía un poco más estable con los pantalones negros y la chaqueta de traje que llevaba, si se veía cómo jadeaba.
—¿Tu hermano? ¿No lo habían dado ya de alta? —preguntó Ariana—. Hace dos días, la señora Nelson fue al hospital y exigió que Noah fuera dado de alta. Parecía como si solo Nicolai; ella estaba preocupada de que la vieja llama, que nunca existió entre ella y Noah, se reavivara.
—Incluso anuló las preocupaciones de los médicos de guardia al decirles que tenía suficiente dinero para contratar a un grupo de médicos privados.
—Puesto que la señora Nelson era familia de Noah, tuvieron que tomar en consideración su decisión.