—Si realmente lo hubieras hecho, no habrías hecho lo que hiciste —estalló Noah, sintiendo como si sus entrañas estuvieran a punto de derramarse por sí solas. Miró fijamente a su madre y declaró:
— Si realmente lo hubieras hecho, no nos habrías lavado el cerebro, no nos habrías hecho creer que necesitábamos encontrar a alguien con un mejor trasfondo y conexiones. No habrías atormentado a Ariand y tratado de pinchar sus inseguridades.
—Al final, solo estabas cuidando de ti misma. Por tu propia supervivencia. Querías que nos casáramos con cónyuges ricos y poderosos no porque quisieras que tuviéramos un futuro mejor, sino porque querías encontrar una salida para ti misma —respiró hondo antes de agregar.
Mia quería negarse, pero antes de que pudiera, hubo un rugido distante en algún lugar sobre sus cabezas seguido por un golpe mientras Killian pasaba corriendo hacia el sótano. Su cara estaba roja y con manchas, y la vista del sótano no mejoró su tez.