—Si Theodore pensaba que Nicolai había conquistado a Kaylyn antes, no era nada comparado con cómo su esposa estaba mirando al hombre. Si no fuera porque Kaylyn estaba hecha de carne y hueso, ya se habría convertido en un charco.
—Observaba a Nicolai con expresión embobada e incluso Inez parecía sorprendida por las palabras que su hijo había pronunciado, pero lo que hizo que Theodore respirara hondo fue la mirada en los ojos de Ariana.
—La forma en que miraba a Nicolai era como si todos sus sueños se hubieran hecho realidad. Su sonrisa estaba llena de cariño y adoración, la misma mirada que Kaylyn una vez le había dado cuando le dijo que quería casarse con ella. Y así fue como Theodore supo que esa boda iba a suceder aunque él quisiera detenerla.
—Porque su hija estaba completamente, verdadera e irrevocablemente enamorada de ese gánster estúpido.
—Theodore suspiró. Parece que tendría un príncipe mafioso como yerno.