—La voz de Lazaro Ellsworth, clara y aguda, golpeó cada oído.
—¡Como un rayo de un cielo despejado!
—Dejó a todos sin palabras.
—Locke Yarrow, Jonty Ridge.
—¿Muertos?
—¿Esas dos cabezas en el suelo, eran sus mayores cartas de triunfo?
—¿Eran los salvadores que imaginaban que matarían al Dragón Furioso?
—«Tú, tú, tú, tú...»
—El Subcomandante de la Montaña Ceylon, con los ojos muy abiertos, tartamudeaba mientras señalaba a Julio Reed.
—La reciente masacre del Grupo Estelar lo había dejado temblando tanto que no podía hablar.
—¡Puchi!
—Sin palabras superfluas.
—La espada de Julio Reed atravesó el pecho del Subcomandante de la Montaña Ceylon.
—Luego, presionando contra su rostro contorsionado, lo empujó hacia abajo.
—¡Zas!
—El Subcomandante de la Montaña Ceylon, que hablaba con confianza hace apenas momentos, yacía rígido en el suelo.
—Una gran cantidad de sangre fresca derramada de su boca.
—Después de una breve convulsión, estaba muerto.