—¡Julio Reed vivió por más de diez mil años!
—¡Había sido alcanzado por un rayo innumerables veces!
—¡Una vez estaba tan aburrido que llevaba una varilla para rayos y se paraba en el tejado bajo la lluvia!
—Disfrutando del emoción del choque eléctrico.
—Pero las dos experiencias más memorables, mucho más intensas que los choques eléctricos.
—Una fue el momento en que recuperó su memoria, sintiéndose como si hubiera sido alcanzado por el Trueno Celestial.
—La otra, era ahora.
—¡El mundo parecía colapsar!
—La cabeza de Julio Reed daba vueltas, y casi cae al suelo.
—¿Qué... Cuándo te diste cuenta... —dijo él.
—Apoyó las manos en las sienes, esforzándose por mantenerse consciente.
—La semana pasada, antes de regresar de la capital —respondió.
—Nelson se mordió el labio, luciendo algo afligida —pero no te preocupes, no interrumpiré tu vida, ni te haré asumir la responsabilidad. Fue cosa mía, y yo asumiré las consecuencias.