—Alguien me está inculpando —dijo Julio Reed colgando el teléfono y sumiéndose en profundos pensamientos.
¿Quién podría estar inculpándolo?
¿O más bien, inculpando a Dragón Furioso?
Ahora, la identidad del líder de la Alianza de las Diez Mil Montañas y Dragón Furioso eran una sola y la misma.
No eran muchos los que sabían que ambos eran la misma persona.
Las cuatro principales doncellas sabían, y los que estaban a su alrededor sabían.
¡Cualquiera que lo supiera era alguien cercano a él!
Pero, ¿quién podría ser el que matara al fanático de la espada en camino e imitara que era obra de Dragón Furioso?
Julio Reed encargó a Lillian Tompson que investigara este asunto, mientras él se sentaba en la oficina del Edificio Willson, empezando a reflexionar sobre el Trípode del Dragón Divino.
Desde el inicio de la recuperación de su memoria, hasta el encuentro con la gente de la Montaña Ceylon y la emboscada por Puerta Sombra en la capital,