—¿Todavía me recuerdas?
Elaenor Wood también se sorprendió y respondió:
—Llámame simplemente Wood.
Pasaron siglos, el tiempo fluyó rápidamente.
En el largo río de la historia, innumerables personas pasaron fugazmente como estrellas fugaces.
Y después, se convirtieron en huesos marchitos.
Pero ahora, cuando Elaenor Wood volvió a ver a su viejo amigo, se sintió diferente.
Habiendo dormido durante siglos, al abrir los ojos, el mundo había cambiado, y también las personas a su alrededor.
Sentía como si estuviera en un mundo completamente desconocido.
Sólo, solitario.
Los jinetes desaparecieron.
La gente viajaba en máquinas de acero.
La ropa también se había vuelto complicada y variada.
Menos personas bebían té.
En su lugar bebían un líquido negro humeante.
Muchas personas parecían eructar con satisfacción después de beberlo.
Zain Ellsworth decía que era Coca-Cola, un artículo extranjero.
Pero Elaenor Wood no pudo apreciarlo.