—El Portador de la Vena, un puesto de gran honor. Dentro de este pulso, tu estatus es equivalente a tu posición en el Monte Demarco, o el Rey del Mar del Norte en la corte real. ¿Dejarías que tus subordinados bebieran tu sangre, o pasarías cada día en una bodega oscura y helada, viviendo una vida inhumana?
Elwood Thorneycroft levantó las cejas, su voz teñida de orgullo:
—¿Lo harías? ¿Lo harías?
—¿De quién es la bolsa de sangre?
Julio Reed no tenía interés en discutir con Elwood Thorneycroft.
Finalmente tenía la oportunidad de conocer la verdad.
Naturalmente, no perdería ningún detalle.
Anteriormente, ya fuera Devlin o la Abuela Xihua, no tenía oportunidad de capturarlos.
—¿Cómo entraste al Pulso de la Perla? Hasta donde yo sé, tú y tu padre adoptivo Fabian Percival eran meros peones de Devlin. Lógicamente hablando, puede que ni siquiera tuvieras la oportunidad de entrar al Salón del Pico del Trueno, sin embargo, ¿has tenido contacto con la Perla?