—¿Baylor Davenport?
Julio Reed se levantó de repente, algo sorprendido.
—¿Para qué ha venido ella? ¿El Rey del Mar del Norte ha dado algún previo aviso?
—No se recibió aviso.
El guardia susurró:
—He verificado específicamente, el Rey del Mar del Norte no ha dado ninguna instrucción desde que te entregó la armada.
Este guardia, traído por Julio Reed desde la Academia Siete Nubes, era responsable de monitorear cada movimiento de la Armada del Mar del Norte.
—Si no hay decreto real, entonces ignórala. A toda velocidad, piérdela.
Julio Reed se sentó de nuevo.
¿Por qué vendría Baylor Davenport para causar problemas de la nada?
Una vez que esta princesa del Mar del Norte llegue, surgirán muchos inconvenientes.
—Señor, nuestro barco no es tan rápido como el de la princesa.
El guardia parecía indefenso.
—Por lo que me dice el tiempo, creo que la princesa ya está a bordo.
Justo cuando sus palabras cayeron, se escuchó un ruido de pasos afuera.