Julio Reed no se fue.
Asesinar al Mariscal, eliminar Frío Profundo, disuadir al mundo subterráneo, ayudar al Mar del Norte a hacerse enemigos.
Eso era sólo uno de los objetivos.
Había otro asunto.
Aún más importante que todos esos juntos.
El Mariscal había controlado el mundo subterráneo durante muchos años, teniendo muchos recursos y secretos en sus manos.
Uno de estos secretos, Julio Reed lo había conocido recientemente.
Después del tiroteo, el castillo sede de Frío Profundo estaba en ruinas.
Muchos edificios habían colapsado, una pequeña parte permanecía intacta.
Algunas personas en el castillo murieron bajo el tiroteo, otras siguieron al Mariscal en el patio delantero.
Aún más estaban afuera del castillo, esperando en estricta formación.
Tanto que cuando Julio Reed llegó a la entrada del sótano, no encontró resistencia.
La puerta del sótano todavía estaba abierta.