Durante el día, las calles de la Ciudad de la Natación no estaban muy concurridas. Además, el lugar donde Julio Reed se encontraba estaba lejos del Mercado Fantasma, en la zona del casco antiguo, y también en el borde. Mirando por la calle, solo había un hombre cubierto de sangre corriendo. El hombre llevaba un abrigo de piel de tigre y sostenía un alfanje manchado de sangre en la mano. Sin embargo, juzgando por la sangre en su cuerpo y la forma en que corría, debía haber estado gravemente herido. Cuando empezaron los gritos, aparecieron dos personas más en la calle. Uno de ellos sostenía una caja de armas ocultas, mientras que el otro tenía una espada larga colgando de su cintura.
—Adrián, ¿a dónde crees que vas?
¡Whoosh! Sonó una caja de armas ocultas, y el hombre con el abrigo de piel de tigre cojeó de su pierna derecha, cayendo de rodillas al suelo. Se giró con agonía, sosteniéndose con el alfanje, tratando de levantarse. En sus ojos había desconfianza y enojo.