Julio Reed podía ver que las emociones mostradas por el hombre ante él no eran fingidas. Eran genuinamente sentidas de corazón.
—¿Está... bien? —Frío Profundo levantó la mirada, sus ojos ligeramente húmedos.
—Muerto —Julio Reed dijo con indiferencia—. Fue capturado por Frío Profundo y sufrió torturas inhumanas a lo largo de los años. Su muerte fue una liberación.
—Frío Profundo... —Apretando sus puños con fuerza, Frío Profundo no pudo evitar estremecerse.
—Suspira.
Suspiró, se levantó solo y caminó hacia la ventana.
—Frío Profundo ha sido aniquilado, no puedo buscar venganza por ti —la mirada de Frío Profundo se desvió hacia el bosque lejano, sus manos descansando en el alféizar de la ventana. Su figura era insoportablemente desolada.
—¿Por qué... lo encontraste? —después de un rato, Frío Profundo se volteó, su expresión mucho más calmada. Su voz tenía un toque de hostilidad.