Vagando durante diez mil años, el año 9572.
Sally había llegado a un mundo helado.
El cansancio de su cuerpo era ampliamente superado por la agitación dentro de su alma.
Caminaba por la tierra de hielo y nieve, sus oscuros pupilas carentes de la Luz Divina, entumecidas y vacías.
De repente, ya no quiso dar otro paso y se derrumbó sobre la tierra con un thud.
Mientras su conciencia se desvanecía lentamente, y estaba a punto de caer en un sueño profundo, parecía como si un calor cubriera sus labios; la fresca fragancia de la nieve y el puro aliento de la vida entraron en su cuerpo a través de sus labios y dientes.
Sally buscó con avidez aquella suave calidez, queriendo más y más… Pero luego un agudo dolor golpeó la parte posterior de su cuello, y se desmayó.
No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente antes de que Sally finalmente despertara.