Te lo mereces

Xue Hui se había sentido muy incómoda y con picazón estos días. Algo parecía arrastrarse por su espalda, pero no lograba aliviar el picor rascándose. Al final, su piel estaba severamente rasguñada, pero aún así no podía aliviar la picazón.

Ahora que vio el gusano en la mano de Sang Ye, finalmente entendió lo que la había estado torturando estos últimos días.

Huanhuan dijo:

—¿Sabes por qué apareció este gusano de piedra en tu cuerpo?

Xue Hui no respondió la pregunta. En cambio, preguntó nerviosamente:

—Ya sacaste el gusano, pero ¿por qué no puedo moverme? ¿Voy a morir?

Huanhuan miró las heridas moteadas en su cuerpo.

Bai Di fue demasiado despiadado y no le dejó una salida.

Incluso si no fuera por el gusano de piedra, no podría vivir.

Cuando no recibió respuesta de Huanhuan, la última esperanza en los ojos de Xue Hui desapareció.

Se sumió en el miedo a la muerte y aulló desesperada:

—¡No quiero morir!