Huanhuan dio dos pasos antes de que una pared invisible la detuviera.
Tuvo que detenerse y extender la mano hacia adelante. No había nada frente a ella, pero podía sentir algo como un muro de vidrio. Era muy suave y duro.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo pasar? —preguntó.
—Este es el poder que Pesadilla usa para aislar objetos externos. Es como si estuviera cocinando comida deliciosa y hubiera un letrero fuera de la puerta para prohibir la entrada a forasteros no vayan a destruir sus manjares —dijo Pequeño Diablillo.
¡Qué metáfora sin sentido! Huanhuan no tenía poder para quejarse y preguntó lo que más le preocupaba:
—¿Cómo puedo deshacerme de este obstáculo? Tengo que despertar a Bai Di. No puedo permitir que se convierta en comida de Pesadilla.
—Déjamelo a mí —dijo Pequeño Diablillo.
Pequeño Diablillo levantó su mano derecha y la presionó contra la pared invisible. Poco a poco hizo fuerza...
Luz comenzó a brillar alrededor de su palma.