Sintiéndose cosquillosa con la cabeza de la pequeña serpiente golpeándole la cintura, Bai Qingqing no paraba de reír. La cosquilla solo desapareció después de que se sentó.
—Está bien... deja de golpearme. Es muy cosquilloso.
Ssss~ Pensando que estaba siendo de ayuda para Bai Qingqing, la pequeña serpiente se enrolló a su lado con una expresión de felicidad.
Bai Qingqing examinó cuidadosamente el cuerpo de la pequeña serpiente y midió su longitud con las manos. —Levanta tu cuerpo recto para que Mamá vea cuánto has crecido.
Por supuesto, la pequeña serpiente obedeció. Cuando Bai Qingqing medía su cuello, él sacaba su cabeza obedientemente. Cuando Bai Qingqing quería medir la longitud de su cuerpo, él se doblaba en varias secciones, formando un amontonamiento como de fideos instantáneos.
Después de tener más o menos completadas las medidas, Bai Qingqing dijo con una sonrisa, —Creciste muy rápido, pequeña serpiente. En unos años, serás tan grande como tu papá.