—¿Ah? —Bai Qingqing se rascó la parte trasera de la cabeza. Cuando de repente lo entendió, estalló en risas.
—Jajaja... la cuarentena no es un objeto. Es un periodo de un mes —dijo Bai Qingqing con una sonrisa—. Simplemente significa quedarse en casa y no salir durante un mes. No se permite hacer ningún trabajo y evitar estar expuesto al viento.
—Mm, más o menos eso, ¿verdad? —pensó Bai Qingqing para sí misma con incertidumbre.
Ella había escuchado que tampoco se permitía bañarse y lavarse el cabello. Pero eso sería demasiado arduo, así que Bai Qingqing eligió ignorar esa regla.
—Voy a bloquear el hueco del árbol —dijo iluminado Winston.
—¡Eh, no!
En medio de las protestas de Bai Qingqing, Winston bloqueó un hueco del árbol por donde constantemente entraba una brisa fría. Miró el hueco del árbol en el suelo y dudó si debería bloquear también ese hueco cuando Bai Qingqing le lanzó la piel de animal dentro de la manta.