Bai Qingqing quería poner los ojos en blanco ante él, pero de repente escuchó una voz femenina y nítida —Sí, quiero.
Bai Qingqing miró a su alrededor y pensó que era alguien más.
Entonces, de repente, perdió el control sobre su cuerpo.
Bai Qingqing siempre había experimentado las escenas desde la perspectiva en primera persona, pero en ese instante, fue repentinamente expulsada de esta perspectiva y se convirtió en una especie de gas sin forma, flotando a un lado.
Esto era exactamente como lo que se siente en una pesadilla. Ella era quien vivía una historia de fantasmas, pero podía de repente observar desde una perspectiva en tercera persona.
Todo era borroso en el sueño. Bai Qingqing no sentía que nada estuviera fuera de lugar y así observó desde la perspectiva de Dios.