El Lugar de Hibernación de Curtis

Siguiendo eso, un cuerpo pálido entró desde afuera.

Sin haber comido un bocado durante varios meses, su cuerpo parecía un poco delgado, pero su cabello seguía siendo de un vibrante tono rojo, cayendo sobre sus hombros como seda suave. Su rostro, que llevaba una sonrisa, seguía siendo tan apuesto como siempre, de una manera suave y gentil.

Sus delgados y largos ojos siempre daban una vibra siniestra, pero cuando la figura de esa mujer se reflejaba en esos ojos rojo sangre, su mirada se inyectaba instantáneamente de un toque de gentileza y afecto.

—¿Curtis? —Bai Qingqing se quedó helada por un momento, antes de sonreír ampliamente y llamarlo encantada.

—Respondió con una sonrisa. Se deslizó por la ventana y abrazó a la compañera que se lanzó a sus brazos. —dijo Curtis.