Los Cachorros de Leopardo Hacen una Rabieta

—Mm. —La pequeña serpiente le dio a Bai Qingqing una respuesta afirmativa, sorprendiéndola.

—¡Sólo tenía dos años y ya podía distinguir las hierbas! ¡Bebé genio!

—Leyendo la expresión de Bai Qingqing perfectamente bien, una sonrisa emocionada y alegre floreció en el tierno rostro del joven. —Tengo los recuerdos heredados de mi padre. Lo que él sabe, yo también lo sé.

—Oh, cierto. Curtis me había mencionado esto antes. —Bai Qingqing se iluminó con su explicación. No obstante, el hecho de que la pequeña serpiente supiera todas esas cosas a tan corta edad era aún altamente asombroso.

—La pequeña serpiente sonrió y lanzó una última mirada hacia ella, antes de darse la vuelta y adentrarse en la lluvia. Mientras se movía, se transformó en una serpiente y desapareció entre los arbustos.

—Observando cómo la pequeña serpiente desaparecía de la vista, las comisuras de los labios de Bai Qingqing se curvaron hacia arriba.