Sin embargo, este pensamiento solo cruzó por su mente momentáneamente antes de descartarlo.
Esta persona era completamente diferente a Muir. Cuando no se movía, tenía un estado de vacío parecido al de una sombra. Por otro lado, una vez que explotaba, era como un loco en batalla, haciéndola sentir oscuridad por alguna razón.
Muir estaba escondido a cincuenta metros de la gruta. Si hubiera sido cualquier otro hombre bestia, ya lo habrían descubierto. Pero al haber pasado largos períodos ocultándose, estaba tan bien escondido que incluso Curtis no detectó su presencia. Por eso pudo rescatar a Bai Qingqing en el primer instante.
Su velocidad era inferior a la de Curtis, y solo había atacado mientras Curtis no estaba prestando atención. Después de correr unos pasos, pudo escuchar a Curtis lanzando un ataque contra él.
Muir aprovechó la oportunidad para empujar a Bai Qingqing hacia adelante antes de volverse para batallar con él.
—¡Ah! —gritó Bai Qingqing.