Mr. Yan

Todos sabían que la hija mayor de los Shen había caído en desgracia tras ser abandonada por un sinvergüenza, quedarse embarazada fuera del matrimonio y luego ser expulsada por su familia, desamparada y desesperada.
La infame Shen Ruojing hizo acto de presencia en el banquete de cumpleaños de la Matrona de la primera familia, los Chus, donde la multitud se burló:
—Aquellos que dan un millón en dinero de regalo se sientan en una mesa.
—Aquellos que dan diez millones en dinero de regalo se sientan en una mesa.
—Señorita Shen, ¿podría decirnos cuánto dinero de regalo ha traído?
La multitud esperaba reírse de ella, pero entonces vieron a Shen Ruojing avanzar con un niño pequeño y delicadamente hermoso, —¿Podrían preguntarle a la Matrona dónde sentarse si uno trae un bisnieto?
***
Admitida en la casa de los Chus solo por el valor de su hijo, Shen Ruojing solo quería dejarse llevar, contenta de ser un pez ocioso, pero enfrentaba el desdén de todos los lados dentro de la familia:
—Nuestra familia cuenta con un hacker de primera, un maestro de la música, un genio artístico, un loco de la tecnología, cada uno renombrado en sus respectivos campos. ¿Y tú? ¿Qué sabes hacer?
Shen Ruojing se tocó la barbilla:
—Todas esas cosas que mencionan... sé un poco de cada una.
Tres adorables niños estaban a su lado y asintieron al unísono: Testificamos que Mamá en efecto sabe un poco de todo.

Mi esposa inesperada es una jefa secreta!

Todos tienen su aura única, y Shen Bijun a menudo confiaba en su intuición para evaluar a las personas, pero Song Chen de hace seis años y Chu Yanshen parecían la misma persona.


La apariencia puede modificarse mediante cirugía plástica, pero las cualidades internas de una persona no pueden ser idénticas.


Siempre había estado desconcertada por este hecho.


Al oír esto, Jing Zhen guardó silencio durante mucho tiempo.


Shen Bijun simplemente esperó tranquilamente por él.


Después de un rato, al ver que Jing Zhen todavía dudaba y no sabía cómo empezar, ella preguntó —¿Es esto también algo de lo que no puedes hablar?


Shen Bijun pensó por un momento y luego preguntó —¿Está relacionado con aquel invento que interesó a la organización Apocalipsis en aquel entonces?


Jing Zhen habló —Junjun, realmente eres inteligente, digna de ser mi hija.


Incluso en este punto, Jing Zhen todavía bromeaba con ella.


Capítulo 560: ¡La verdad!