Tan pronto como estas palabras fueron dichas, todos se giraron y vieron a un hombre alto entrar por la puerta.
Se parecía a Chu Cimo y a Chu Yanshen, pero había algo más sombrío en él, además su piel era más pálida, dando la impresión de una planta amante de la sombra que nunca había visto la luz del sol.
Shen Bijun había visto a este hombre antes —¡era nada menos que Chu Ciyuan!
Es decir, el hijo ilegítimo de los Chu.
Al ver a Chu Ciyuan, Chu Cimo se quedó atónito, mientras que Song Chen frunció el ceño —¿Qué haces aquí?.
—Vengo a recoger a mi mamá —respondió Chu Ciyuan de forma sucinta—. Todos estos años, nunca he tomado un centavo de los Chu. Gano mi dinero, compré mi lugar, y puedo mantener a mi mamá por mi cuenta. No hay necesidad de vivir del padre de mi esposa con mi esposa, así que debería tener el derecho de sacar a mi mamá, ¿no?
Song Chen entrecerró los ojos.
Chu Cimo apretó la mandíbula mientras miraba a Chu Ciyuan.