Shen Bijun lo miró.
El hombre iba vestido hoy de negro, luciendo muy elegante.
También se veía distinguido y solemne. A primera vista, tenía un parecido inquietante con Chu Yanshen, salvo por una tez ligeramente más pálida.
Debía ser por la clonación; no había cambiado en seis años y seguía luciendo igual a como Chu Yanshen lo hacía hace seis años. Su rostro era incluso más delicado, desbordando juventud, pero al observar más de cerca, se revelaba una mirada distinta en sus ojos.
Antes, Song Chen solía fingir ser un inocente conejito o un perrito frente a ella, pero ahora, sus ojos estaban llenos de un deseo insaciable.
Él quería más que solo asumir la identidad de Chu Yanshen; ¡él quería todo lo que le pertenecía!
Shen Bijun apretó la mandíbula y dio un paso hacia atrás.
Al percibir su movimiento, un atisbo de burla brilló en los ojos de Song Chen, y no pudo evitar decir:
—Junjun, ¿qué tiene él que yo no? Soy igual que él, ¿por qué solo te gusta él y no a mí?