¡Nunca mientas!

¡Rake! Un hombre acostumbrado a la conducta inmoral, particularmente a ser un mujeriego.

En la sociedad, las mujeres a menudo estaban atadas por cadenas de relaciones que las oprimían.

Estas cadenas aseguraban que cumplieran el papel de fuerzas tiernas y civilizadoras, convirtiéndose en ejemplos de compromiso y lealtad eternos.

Esto no significaba que las mujeres no tuvieran sus propios deseos. Ellas también albergaban fantasías oscuras en las que eran libres y placidas.

Fantasías que los hombres normales no podían satisfacer, ya que estaban atados por las convicciones morales del mundo, o simplemente incapaces por sus propias debilidades innatas.

¡Pero Rake era diferente! Puede que fuera inmoral y deshonesto, pero era seductor. Desde el principio de los tiempos, siempre ha habido una fuerte atracción por lo prohibido y tabú.

Las mujeres eran iguales en este aspecto.

¡El rake les ofrecía lo que sus fantasías más profundas deseaban! ¡Placer sin ataduras! ¡Amor sin lazos!