Mei Ji se dirigió al patio donde Wei Ting y los demás se alojaban.
Ya era de noche. Bajo el corredor colgaban linternas de vidrio octagonales giratorias, y había muchas alrededor del patio, iluminando el oscuro recinto.
Los tres pequeños estaban agachados en el suelo jugando con canicas. Wei Xiyue estaba sentada en los escalones con el tarro.
Quien metiera una, recibiría una nuez teñida de azúcar por parte de la Hermana Xi Yue.
Cuando Mei Ji se acercó, Xiaohu acababa de meter una… Dahu y Erhu ya habían conseguido unas cuantas esa noche.
Xiaohu bailaba de alegría y corría hacia Wei Xiyue. Sus pequeños brazos se agitaban detrás de él mientras abría la boca y esperaba obediente ser alimentado.
Wei Xiyue le dio a escondidas tres pastillas.
Se podía decir que mimaba mucho a Xiao Bai.
—Señorita Mei Ji —Erhu fue el primero en notar a Mei Ji.
—¡Erhu! —Los ojos de Mei Ji no eran malos. Podía diferenciar claramente a los tres pequeños.