—El águila dorada atrapó al cochero y lo picoteó.
—El cochero gritó de dolor. No se molestó en pedir la tarifa. Se levantó y se sentó en el carruaje, mientras levantaba su látigo.
—Wuhu medía cinco centímetros, ¡pero su aura era de 2.8 metros!
—¿Intentando escapar?
—¡Es hora de golpear al desgraciado!
—¡Hermanito, al ataque!
—El águila dorada se estrelló contra la entrepierna del cochero...
—Después de que Wuhu terminara de enseñarle una lección al libertino, entró volando con su subordinada águila dorada y golpeó al sirviente inútil.
—La cara del sirviente estaba hinchada. Se arrodilló y abrió la puerta para la Princesa Hui An. Señorita, por favor pase.
—La Princesa Hui An vio a Su Xiaoxiao, que acababa de bañarse, en el patio de Cheng Sang.
—El largo cabello mojado de Su Xiaoxiao estaba suelto. El disfraz en su rostro había sido removido, revelando su rostro extremadamente bello.
—La Princesa Hui An estaba en un estado mucho más lamentable.