—Por Dios, ¿es la Doctora Tang? —Tan pronto como Gu Ning entró, el médico de guardia reconoció a Tang Yuxin. ¿Qué había pasado? Hoy, la Doctora Tang todavía estaba en el hospital. Incluso les había traído a todos sopa medicinal para beber, la cual había preparado ella misma, alegando que era efectiva contra la gripe actual.
Él la había probado, y en efecto era buena. Incluso había planeado pedirle a Tang Yuxin un poco más para llevar a casa y que su familia la bebiera.
¿Pero en qué se había convertido? ¿Por qué estaba su cara tan pálida?
—Se ha roto el brazo —Gu Ning habló, evitando cuidadosamente el brazo lesionado de Tang Yuxin.
Al oír esto, el médico de guardia se dio cuenta de la gravedad de la situación. Ordenó rápidamente que trajeran una camilla, y Gu Ning colocó con cuidado a Tang Yuxin, teniendo especial cuidado de no tocar su brazo o vientre.
El personal del hospital fue convocado; ella era una de sus propias médicas, y nada debía salir mal.