—Ah… Ah… Ah… Ah —múltiples gemidos seductores escapaban de la pequeña boca de Ye Qingyu.
En ese momento, Ye Qingyu estaba acostada en la cama, desnuda. Sus largas piernas sin imperfecciones estaban ampliamente abiertas, y sus hermosos y grandes pechos subían y bajaban al ritmo de sus lamentos.
Entre sus hermosas piernas, un atractivo joven movía su cintura hacia adelante y hacia atrás. Sí. Él era la razón por la que Ye Qingyu no paraba de emitir gritos seductores.
Y era porque el joven estaba deslizando su pene enorme dentro y fuera del mojado coño de Ye Qingyu. Y lo más increíble era que ese joven no era otro que su sobrino, Xiao Tian.
¡Incesto!
Sí. Estas dos jóvenes personas estaban haciendo cosas prohibidas en un gran y lujoso dormitorio.
Pero en lugar de sentirse culpables o avergonzados, ambos sentían un placer inmenso. Incluso se podían ver expresiones fascinantes en sus rostros.