—¿Shi Hao? —aunque la vista de Nalan Jiangge ya estaba borrosa, aún pudo reconocer a Xiao Tian.
Esto hizo que Nalan Jiangge se sintiera un poco aliviada, porque con esto, había una posibilidad de que más tarde pudiera sobrevivir.
Anteriormente, pensó que moriría porque ya no podía mover ninguna parte de su cuerpo.
Por eso la aparición de Xiao Tian le dio esperanza. —Shi Hao… tos …tos… —Nalan Jiangge seguía tosiendo porque había estado respirando aire malo desde hacía unos minutos.
—Señora Nalan, la sacaré de la villa ahora —dijo, y después de decir eso, Xiao Tian cargó a Nalan Jiangge en su espalda.
Como antes, Xiao Tian caminaba con precaución porque la villa estaba llena de fuego. Sería fatal si hiciera un movimiento equivocado porque llevaba a Nalan Jiangge en su espalda.
—Tos…tos…tos… —Nalan Jiangge seguía tosiendo.
En este momento, casi perdió el conocimiento porque necesitaba aire fresco desesperadamente.