Jajaja

Ye Ming y Ye Hedong sonrieron con suficiencia al ver la expresión de Xiao Tian.

—Este es el precio por tu arrogancia. —casi se rieron al imaginarse que todos se burlaban de Xiao Tian.

—La idea del joven maestro Feng es realmente genial. —elogiaron a Feng Jingwen.

—Señor Xiao, por favor coloque su tarjeta de crédito en esta máquina. —la hermosa dama conocía su nombre porque había memorizado todos los nombres de los invitados.

Como Xiao Tian había perdido su cartera, no pudo colocar su tarjeta de crédito en la máquina.

Después de todo, su tarjeta de crédito estaba en su cartera. —Señora, ¿puedo usar un método diferente? —preguntó Xiao Tian.

—Lo siento, señor Xiao. No aceptamos efectivo. —la dama pensó que Xiao Tian quería donar usando efectivo.

—Oh, ¿no es este nuestro primo Xiao? —Ye Ming intentó llamar la atención de todos porque quería humillar a Xiao Tian frente a todos.