Xiao Tian se rindió

La oficina grande y lujosa estaba llena de los gritos de una joven dama.

Pero en lugar de intentar contener sus sollozos, la joven dama no paraba de gemir.

—¡Sexo!

Sí, la joven dama estaba teniendo sexo con su amante en su oficina.

Su amante le prometió tener sexo con ella ayer, pero rompió su palabra. Por eso decidió tener sexo con él en su oficina.

En este momento, estaba sentada en el borde de su escritorio con las piernas bien abiertas. Su falda negra estaba levantada hasta su cintura, y sus sexy bragas estaban corridas hacia un lado.

En cuanto a su amante, él estaba de pie entre sus piernas, deslizando su enorme pene dentro y fuera de su mojada vagina.

Sus ojos negros estaban fijos en el rostro lascivo de su amante mientras sus manos firmes estaban sobre sus muslos impecables.

Cuanto más escuchaba sus gritos seductores, más grande era la llama de lujuria dentro de él. Esas dos personas eran nada menos que Xiao Tian y su sexy amante, Shi Fei.