Leng Nichang y Xi Ran miraban a Xi Xingyi, esperando su respuesta.
Como antes, Xi Xingyi todavía no había respondido a su pregunta.
—¿Lo amo?
Claro, había estado pensando mucho en él últimamente, pero aún no estaba segura de si lo amaba o no.
Sin embargo, no negaba que pasar tiempo con él la hacía sentir cómoda y feliz.
Incluso sentía que había vuelto a sus veintes porque él siempre la trataba como a una joven dama.
—Bueno, pasar tiempo con él sie— antes de que Xi Xingyi terminara sus palabras, su subordinado llamó a la puerta.
—Señora Xi, el señor Xiao quiere verla. —La voz de su subordinado se escuchó desde el lado opuesto de la puerta.
—Hazlo pasar. —Xi Xingyi respondió al instante.
—Xi, ¿estás bi— Xiao Tian detuvo sus palabras a mitad de camino cuando vio a Leng Nichang y Xi Ran. —Hola, damas. Nos encontramos de nuevo.
—Señor Xiao, parece preocupado. ¿Está preocupado por su futura amante? —Leng Nichang bromeó.