Una visita real

UNAS HORAS ANTES

Cherry se volvió y miró a la chica que acababa de salir corriendo.

Aprietó los dientes.

Puede que fuera vieja, pero sabía quién era.

Podía oler su sangre.

Pertenecía a su linaje.

—¿Dónde está el dormitorio de la familia real? —exigió a una mujer de generoso busto.

La mujer era la señora Belinda, la principal encargada del castillo.

Se inclinó ante ella.

—Algunos guardias te llevarán a tu habitación asignada —dijo Belinda inclinándose ante ella.

Cherry emitió un sonido de disgusto.

—¡Hazlo rápido! —escupió.

Belinda se inclinó una vez más y ella misma acompañó a Cherry hacia donde iba a estar su habitación.

Al bajar por el pasillo, se abrió una puerta y vio a Coral, su sobrina.

—¡Tía Cherry! —dijo Coral emocionada.

Corrió hacia su tía y la abrazó.

Cherry finalmente la soltó y sonrió mientras la miraba.

—Mi querida sobrina —dijo Cherry—. Hace tanto que no te veía.

—Estaba preocupada de que no llegarías —dijo Coral.