Jazmín sintió la terrible ola de náuseas una vez más mientras pasaba por los pasillos y se encontró en la cocina.
Apoyó su mano contra la pared e intentó luchar contra los mareos que la abrumaban.
¿Por qué seguía sintiéndose así?
Mya ya estaba haciendo pasteles y asistiendo al resto del personal de cocina cuando la vio.
—Jazmín, ¿estás bien? —preguntó Mya.
Jazmín asintió mientras se daba un minuto para reducir su mareo.
—Sí, estoy bien. —Logró decir con una sonrisa débil.
Luego se puso de pie firme y aclaró su garganta.
—Buenos días a todos. —Jazmín saludó agradablemente—. He hablado con el Alfa Xaden y va a haber un trabajo extenso en la reorganización de esta cocina.
Los trabajadores murmuraron entre sí mientras algunos irradiaban felicidad.
—Apreciaría que todos vinieran a mí con sus quejas o cosas que quieren cambiar para hacer el trabajo más propicio para ellos. —Expresó ella.
—¿Eso significa que realmente nos estás dirigiendo? —preguntó una criada.