Las campanas de la iglesia sonaron, resonando por todo el pueblo.
Se escuchaban vítores y charlas incluso desde lejos, mientras la gente hablaba sobre la próxima celebración.
Los pétalos de flores estaban esparcidos en el suelo mientras varios niños llevaban cestas llenas de ellos.
—Realmente hicieron la boda pública —Joseph susurró con diversión mientras observaba los alrededores.
—Sí, pensé que la harían privada —Gastone respondió mientras sacudía la cabeza.
Gastone no podía creer que iba a trabajar con uno de los admiradores de Lucía, pero tragó su orgullo para evitar que Lucía cometiera un error.
Sin embargo, Gastone estaba en conflicto consigo mismo. Primero, Giselle, que era la madre perdida de Daco, estaba en el mundo humano, abusando de niños y haciendo dinero con ellos. Luego, Giselle apuntaba a Lucía, una de los niños que había escapado.
Gastone habría matado a Giselle si ella fuera solo una humana ordinaria sin conexiones con él, pero no lo era.