Lisa: Finalmente Conectada

—Eres tan receptiva —murmura contra mi cuello—. Como un cable vivo, lista para electrificarme por completo.

Extiendo la mano hacia su cabello, enrollando los húmedos mechones en mis dedos. Cierro los ojos al tirar de él hacia mis pechos, desesperada por más.

—Creo que ya me estás electrificando —admito.

Su boca se curva contra mi piel, y siento la vibración de su risa una vez más. Esas hábiles y experimentadas manos se deslizan sobre mis caderas, extendiéndose a través de mi estómago antes de bajar, debajo de mi cintura y entre mis muslos.

Resbaladiza. Caliente. Lista.

Todo en mí se tensa, e inclino mis caderas hacia su tacto. Aguanto la respiración cuando sus dedos deslizan por mis pliegues, recolectando prueba de mi excitación antes de rodear mi entrada.

—Jesús, Lisa —su voz es apenas un gruñido—. Ya estás completamente empapada.

Empuja un dedo dentro de mí, haciéndome gemir de necesidad. Ha pasado tanto tiempo. Demasiado tiempo. Mi piel arde. Nervios vivos.