—Nuestro extraño cautivo nunca despierta, y lo arrastramos en un trineo improvisado —comentó Kellan mientras él y los demás se las arreglaban con algunas ramas largas y flexibles y brazadas de pino.
—Las habilidades prácticas como esta me impresionan mucho más que la conjuración de fuego de la nada —reflexioné en voz baja.
—Realmente pensé que nos encontraríamos con los intrusos aquí fuera. Es extraño que no haya nada —las reflexiones de Selene casi me hacen tropezar sobre mis pies, y Kellan mira por encima de su hombro preocupado.
Le hago un gesto para que no se preocupe con una sonrisa débil.
—¿Quieres decir que esta persona no es la razón por la que se dispararon las alarmas? —Selene y Grimorio guardan silencio.
Cuando están intencionalmente silenciosos así, su falta de ruido tiene un peso más pesado en mi cabeza.