LUCAS
—Pip está aterrorizada, pero tiene respuestas. Respuestas que necesitamos.
—Actuar como un matón con una niña no está en mi lista de cosas que quería hacer hoy, pero hay demasiadas vidas en juego.
—Mis pies se hunden en la nieve endurecida mientras avanzo hacia la pequeña Fae. Su cabello morado resalta contra el fondo blanco, haciéndola parecer aún más frágil mientras se encoge, agachada con las manos sobre la cabeza.
—Ella piensa que va a morir.
—Perdóname, Diosa de la Luna.
—Mis dedos cierran alrededor de su garganta, levantándola a la altura de mis ojos. Sus pies cuelgan, las cadenas tintinean. —Elige un bando. Ahora.
—La cara de Pip se vuelve roja, lágrimas corren por sus mejillas. Sus manos se aferran a mi muñeca, pero es demasiado débil para liberarse. El sonido de su sollozo atraviesa el aire, y mi estómago se revuelve.
—Aurum gruñe dentro de mi cabeza. No tiene simpatía por aquellos que considera enemigos, incluso una niña.