Ava: Magia del Alma

Los pasos del Magíster Orión resuenan contra el suelo de mi cabaña mientras me rodea por décima vez. El sonido coincide con el zumbido de ansiedad en mi pecho. Cada vez que pasa detrás de mí, mis hombros se tensan.

—Por favor, mantente quieta —su voz profunda lleva notas de concentración.

Una brisa cálida cosquillea mi cuero cabelludo a medida que coloca su mano cerca de mi cabeza una vez más. La sensación me recuerda a los cálidos días de verano pasados al sol—agradables, pero nada del otro mundo.

—Me disculpo, pero debo intentarlo una vez más.

Mis piernas pican por estar de pie tan quieta. —Tómate tu tiempo.

Su ceño se frunce más con cada vuelta. Las arrugas alrededor de sus ojos se vuelven más pronunciadas mientras entrecierra los ojos, como si intentara ver a través de la niebla.