La druida

Con Hero llegamos antes de lo acordado al claro, ella puso dos sillas de las que habian en la casa para que al menos pudiera estar sentado.

-¿Gran que fue todo eso?

-El mayus de Arthur, creo que te refieres a eso, no lo sé en verdad, se supone que ni el ni yo deberíamos poder ocuparlo, y el problema es que él si sabe manejarlo, Hero.

Tuve que voltearme de inmediato porque Hero se puso a llorar.

-No me refiero a eso... casi te pierdo Gran, ¿sabes lo tortuoso que ver como casi te matan?

Sin dudarlo abrace a Hero, para mi también fue difícil todo, si no hubiera sido porque Arthur la azoto contra un árbol, jamás hubiera podido hacer algo, quería venganza y pese a eso me derroto igualmente.

-Tuve mucho miedo también Hero, tenia miedo de perderte, que lo que dijo ese fantasma se iba a hacer realidad, pero por suerte los dos salimos vivos, no, no solo nosotros, todos. Amor perdóname por ser tan incompetente que ni siquiera pude protegerte.

-No seas idiota, si no hubiera sido por todo el esfuerzo que hiciste, él nos hubiera mata a todos, Dios que frustrante, antes estábamos a mismo nivel, pero ahora solo puedo ver tu espalda en un lugar muy lejano, tengo que mejorar para seguirte el ritmo, Gran.

-Hero no necesitas hacer ese esfuerzo, yo me esforzare por los dos...

-¡Cállate!, yo también quiero estar a tu lado idiota, si no puedo protegerte como me puedo llamar tú mujer.

Hero se aferraba fuertemente a mi, sin darme cuenta yo también habia comenzado a llorar. Finalmente en nuestras cabezas criamos que nos habíamos fallado en protegernos el uno al otro, pero en realidad termino sirviendo para ver lo preocupados que éramos entre nosotros. Estuvimos así un rato, hasta que simplemente nos quedamos en silencio abrazados.

Sin habernos movido un poco llego la hora, de entre la oscuridad y lo frondoso del bosque apareció el tipo enmascarado frente a nosotros, se saco la capucha y se retiro la mascara como la ropa quedando apenas con una tela adornadas con flores y raíces que cubría sus senos. Su cuerpo estaba lleno de tatuajes, o pinturas, ni yo o Hero podíamos reconocerlos realmente.

-¿Qué deseas de mi? hijo de Morrigu.

-Creo que te habla a ti amor.

Sin duda si hablaba de mi, pero hijo de Morrigan, eso si me ponía confuso.

-Espera tengo muchas preguntas, pero ¿a que te refieres con hijo de Morrigu?

Ella se acerco a nosotros nos examinaba con detenimiento y tomo mi mano.

-Estas marcada por la reina fantasma, le perteneces, y los que le pertenecen son sus considerados sus hijos, Granet.

-¿Podrías decirnos tu nombre?. - pregunto Hero

-Me conocen por muchos nombres, pero me pueden llamar como la sacerdotisa o la druida Shat. - dijo mientras se sentaba pacíficamente en sobre el pasto frente a nosotros con las piernas cruzadas.

Recuerdo que Helen la llamo por otro nombre que no recordaba, pero supongo que debería llamarla como se presento.

-Muy bien Shat, lo primero que me interesa saber es sobre will-o'-the-wisp, busco a una mujer azulada, translucida, recuerdo que tenia un largo cabello, y a mis ojos era hermosa, estaba desnuda, ¿Recuerdas algo más Hero?

-Si, su presencia desencadenaba un fuego azul por donde anduviera, y creo que hacia aflorar recuerdos.

-Cayeron en su ilusión, pero no buscas a las pequeñas almas si no a su madre, la primera alma y la que custodia a los muertos que quedan encadenados a este mundo sin poder ser rencarnados. - dijo Shat casi en trance.

Ella saco un bolsa, la cual abrió y dentro tenia un polvo, que soplo a nuestro rostros.

Shat comenzó a contarnos una historia, pero todo se volvio muy confuso, ella se levanto con brío, y empezó a narrar.

-La mujer era conocida por ser la dueña de un orfanato, era pura y casta, cuidaba de cualquier niño que lo necesitaban, algunos la consideraban una santa...

Como por arte de magia empecé a ver a la mujer en forma de luces, como si la historia que contaba Shat cobrara vida. 

-Esa mujer iba de un lado a otro recogiendo huérfanos y criándolos como si fueran sus propios hijos, pero un hombre que se hizo llamar Rey no le gustaba la popularidad que esa mujer que no pertenecía a la iglesia estaba tomando. Un día ese afanado Rey se dirigió al orfanato...

-Hero dime que no soy el unico que esta viendo la historia materializándose frente a mi.

-No Gran, yo también la estoy viendo.

La druida saco una flauta que tenia colgando en la caderas y comenzó a tocar una melodía que nos provocaba un estado de ensoñación, estábamos casi como un trance. Lo más sorprendente era que seguíamos escuchando la narración de Shat mientras tocaba su instrumento.

-Ese hombre celosa de aquel mujer quemo el orfanato con los niños adentro. Ella que no se encontraba en aquel lugar, corrío al ver el humo que provenía del sector de su hogar, para al llegar ver horrorizada aquella terrible situación, el Rey enojado, al ver que esa mujer seguía viva, le ordeno a sus hombre que la mataran en ese mismo momento. Pero el actuar de la joven que en llanto se encontraba, cambio los planes, ella antes que los soldados sin escrúpulos la pudieran matar se metió gritando a la casa en llamas en busca de sus niños, por desgracias ya todos estaban muertos, algunos por el fuego otros por asfixia, treinta y tres pequeños asesinados por la crueldad de un ser que se creía dueño del mundo...

No solo observábamos como la historia cobraba vida, si no que también la vivíamos, mis sentimientos sufrían como los de aquel chica, incluso Hero sufria por lo mismo de rodillas en el suelo, todo era horrendo, quería que terminara de una vez, pero la voz de Shat, nos dijo que siguiéramos viendo, una voz que ni siquiera interrumpía su relato.

-La mujer quería devuelta a sus niños, en rabia invoco a Morrigu y Dagda, en rezos, gritos y desesperación, entonces ambos le permitieron cobrar venganza a cambio de que guiara a las almas que no podían volver al ciclo. El rey reía por la muerte de la joven, pero poco le duro esa sonrisa, las llamas anaranjadas se tornaron azuladas, un estruendo provino de la casa, con un grito desgarrador, y las llamas envolvieron a los soldados y al rey, quemándolos sin matar hasta que no pudieran aguantar más, es así como ella se creo Aibhill la banshe.

De repente todo lo que veíamos se acabo de golpe, en mi cuerpo tenia la sensación aun como si llamas aun me quemaran. 

Con un chasquido de dedos por parte de Shaft, todo ese trance acabo.

Tanto Hero como yo estábamos empapados de sudor, tiritábamos ambos, Alice en volver en si me abrazo fuertemente. Comprendia sus sentimientos, la perdida, el miedo de que cualquiera de los dos podíamos morir, o ver a nuestra pequeña Gwyn fallecer, ese miedo quedo grabado en nosotros como fuego.

-Si quieres encontrar a Aibhill debes entrar al bosque negro, seguir a sus hijos, o los lamentos de ella, luego de perderse la encontraras, pero recuerda, ella no suele dejar ir a ningun hombre o mujer salir vivos de su territorio, Granet. Si eso es todo, me iré.

-Hay una cosa más que deseo preguntarte, nuestra hija tiene una marca que segun dicen fue hecha por los druidas yo...

-Si la hija de Ladia, yo misma la marque, ella mato a Rodenf a su hijo, y su nieto, tres druidas, pero no podía matar a una niña, entonces la marque como enemiga nuestra, hiciste bien en dejar a esa pelirroja custodiándola, si no la hubiera matado. La marca es una promesa de muerte.

Hero iba insultarla o a provocarla, pero tuve que detenerla en el acto, no cría que seria buena idea enemistarnos con ellos.

-Shat, tengo entendido que esta guerra a matado mucho de los tuyos, porque no te unes a mi, yo los dejare ser libre.

-Muchacho el circulo de druidas no se inmiscuye en los problemas de los desalmados, no intervinimos, seguimos el curso de los dioses, y sobre todo de la naturaleza, su juego de la guerra no nos interesa, además no nos puede prometer libertad, porque nosotros ya somos libres, no como ustedes. - dijo frívolamente Shat, para volver ponerse la mascara y sus ropa ocultando su cuerpo, para luego perderse en el bosque.

-Estoy segura que ese polvo fue una droga Gran, si no no tiene lógica que hayamos experimentado todo eso.

-Creo lo mismo que tú, pero me preocupa otra cosa, no dijo nada sobre tu aspecto, lo mismo Bruce, como si supieran de ti, o hubieran visto a alguien más con tu aspecto, algo sucede, y me preocupa que sea más grande que nosotros.

Hero me toco la mejilla.

-Mientras estemos juntos sabremos que hacer, solo, no podemos dejar que pase nuevamente lo que sucedió contra Arthur ocupemos eso como una lección, tenemos que escoger bien nuestras batallas Gran.

-Estoy de acuerdo en ello Hero la sabia. - dije en broma para bajar algo de tensión.

Al menos la hice reír con ellos.